Año 5 Número 55 Ocubre 2007

Adam Thomson

Hace poco en una céntrica colonia de la ciudad de México, un reconocido académico cercano al multimillonario mexicano Carlos Slim trató de resumir la fuerza motora del hombre que durante años ha sido la persona más adinerada del país. “Poder,” concluyó tras apenas pensarlo un poco.
Si el poder se puede medir con la riqueza, es posible que Slim ya haya alcanzado su objetivo “Sentidocomún”, un respetado sitio financiero en línea, afirmó hace unas semanas que Slim es ahora la persona más acaudalada del mundo, considerablemente más rico que el famoso Bill Gates de Microsoft.
Eduardo García, propietario de Sentidocomún, estima que la riqueza de Carlos Slim, de más de 67 mil millones de dólares, se debe principalmente al extraordinario desempeño del segundo cuatrimestre y al incremento de 26.5% en el precio de las acciones de América Móvil, la compañía de telefonía celular panamericana en la que tiene 33% de participación.
El incremento, afirmó García, acrecentó la riqueza personal de Slim a la extraordinaria suma de 10 mil 800 mdd sólo entre abril y junio, con lo que ahora su fortuna es ocho mil 600 mdd mayor a la de Gates, cuyas acciones en Microsoft registraron un aumento de 5.7% durante el mismo periodo.
“Si alguna vez hubo alguna duda sobre quién era el hombre de negocios más rico del planeta, Carlos Slim o Bill Gates, ésta ya no existe”, indicó García.
Al menos en público, Slim, un hombre moreno y corpulento cuyo mentón luce una barba de varios días la mayoría de las veces, rechaza dichas valoraciones. Cuando la publicación Forbes, con sede en Nueva York, afirmó en marzo pasado que era el segundo hombre más rico del mundo, Slim sostuvo una conferencia de prensa, algo poco usual en él, en la que declaró: “No tengo más dinero ahora que hace 10 años”.
Cualquiera que sea su riqueza exacta, no hay duda de que ha avanzado mucho desde aquel día de 1955, cuando su padre, tendero y terrateniente, le dio cinco mil 500 pesos para que empezara su carrera.
Nacido en 1940 en la Ciudad de México e hijo de un inmigrante libanés que había llegado a México tras huir de la violencia en su país de origen, Slim pronto comenzó a mostrar facilidad empresarial; según miembros de la familia, el joven Carlos utilizaría las cenas y reuniones familiares como una oportunidad para vender dulces y cigarros.
El negocio más rentable en la extensa cartera de Slim es Telmex, la compañía de telecomunicaciones que pertenecía al Estado y que compró en 1990 como presidente de un consorcio que incluía a France Telecom, la cual adquirió después, y a Southwestern Bell de EU.
Hoy, Telmex domina la telefonía fija en México, la cual representa más de 90% del mercado.
Esta empresa es también altamente rentable: cada año genera ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización, por más de seis mil millones de dólares y suficiente flujo de efectivo para pagar su precio de adquisición original.
A pesar de su monopolio como operador de líneas fijas, a Telmex se le permitió después incursionar en el mercado de la telefonía inalámbrica, negocio que más tarde dividiría en América Móvil, la cual controla Slim. La compañía incrementó su índice de suscriptores en un promedio anual de 40% desde el año 2000.
Los detractores de Slim -muchos en un país en el que aproximadamente la mitad de su población de 105 millones de personas vive por debajo de la línea de la pobreza y cuyo PIB per cápita es de sólo siete mil dólares- afirman que la riqueza del multimillonario mexicano es producto de las posiciones monopólicas que disfrutan sus compañías, en especial en el sector de las telecomunicaciones.
“Se ha vuelto tan poderoso en México que se ha convertido en el Gran Hermano”, afirmó su conocido. “Los mexicanos están molestos por los monopolios y por cuanto cobran por todo”.
De hecho, en un reciente informe publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se afirmó que México tiene las tarifas más altas dentro de su gremio.
Sin embargo, analistas señalan que dichos puntos de vista pasan por alto el hecho de que Slim ha demostrado una y otra vez una extraordinaria capacidad para detectar compañías subvaloradas, mal administradas, y reconstruirlas. “Tiene la increíble habilidad de identificar cuando ya pasó lo peor y elegir el momento exacto para comprar”, afirmó Damián Fraser, de UBS México.
Sin embargo, aún con su dinero y capacidad, Slim sigue llevando una vida relativamente modesta. Durante años ha rehuido a los lujosos yates y las villas veraniegas que otros mexicanos multimillonarios ostentan. Sigue viviendo en la misma casa familiar que ha ocupado por décadas e incluso sigue encendiendo sus puros Cohiba con un encendedor de plástico desechable. Quienes visitan sus oscuras y encerradas oficinas centrales en la Ciudad de México a menudo hacen comentarios sobre el aire acondicionado descompuesto.
Ahora, con 67 años, viudo, su esposa murió en 1999, y en medio de rumores de que podría tener problemas de salud relacionados con el corazón, Slim prometió aumentar de cuatro mil millones de dólares a 10 mil millones de dólares las donaciones a sus fundaciones benéficas y se comprometió a donar dinero para la educación y el cuidado de la salud en México.

Versión original: movil.eluniversal.com.mx

Hugo González

Quienes se encuentran bajo la sombra de su poderosa dinastía y se empeñan en promover una frustrante competencia hacia las empresas más visibles de su imperio, afirman que su dominio se basa en una serie de complacencias de parte de todas las administraciones federales pasadas que se han mostrado ajenas al constante enriquecimiento de este empresario mexicano.
Quienes lo conocen de una manera más directa reco-nocen el desarrollado “olfato” para distinguir las excelentes oportunidades de negocio que se le presentan ya sea comprando o rescatando empresas bajo el conocido mo-delo de “comprar cuando todos venden y vender cuando todos compran”.
Lo que es un hecho es que Carlos Slim Helú, uno de los dos hombres más ricos del mundo, ha levantado una serie de controversias y envidias que se sustentan con una serie de argumentos éticos, empresariales, bursátiles, pro-competitivos y de justicia social.
Sin embargo, todo ese “mal ambiente” que comienza a fortalecerse alrededor de Carlos Slim no sólo se concentra en México, pues además de todos sus competidores nacionales cada vez surgen más contrincantes de talla internacional que se han propuesto combatir “frente a frente” contra el empresario que tiene la trayectoria más exitosa de la década.

La caballería
No son pocos los que piensan que el empresario ha sacado provecho de una débil regulación y una tolerancia por parte de las autoridades mexicanas en torno a las prácticas anticompetitivas de diversas empresas de Slim en territorio nacional.
Uno de los principales críticos ha sido el ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, quien desde su paso por Avantel y ahora como presidente de Telefónica Móviles México ha luchado por abrir la competencia en el mercado de telecomunicaciones.
El pasado mes de marzo, en su única reunión formal con la prensa desde su regreso al sector privado, Gil Díaz dijo que “el problema no es el ingeniero Carlos Slim”, sino “la falta de una política pública que apoye la competencia”, pues además comentó que “mal haría si no aprovechara esas condiciones”.
Otro crítico a las empresas telefónicas de Slim en México es el actual subsecretario de Comunicaciones de la SCT, Rafael del Villar, quien desde su paso por el Banco de México ha insistido en que las tarifas telefónicas son muy altas pues no hay una competencia intensiva, y que deberían haber bajado por lo menos 10% en los últimos ocho años. Además, en febrero de este mismo año, Del Villar resaltó la necesidad de que se permita incrementar la inversión extranjera en telefonía fija, para tratar de aumentar la competencia y reducir las tarifas del sector.
En otro frente, el presidente de la Comisión Federal de Competencia (CFC), Eduardo Pérez Motta, dijo hace unas semanas que antes de que concluya este año la ins-titución podría iniciar una investigación para poder declarar la dominancia de Telmex y de América Móvil en sus respectivos mercados.
Al respecto, algunos legisladores han hecho eco de estos señalamientos. El pasado 13 de junio de 2007 presentaron en la Cámara Baja una iniciativa de reforma a la Ley de Inversión Extranjera, la cual pretende aumentar la competencia en telefonía fija y servicios relacionados.
Según la exposición de motivos de la iniciativa, se afirma que se busca “crear un ambiente de verdadera competencia en la red fija de telefonía”, pues “la eliminación de la barrera a la inversión en el sector busca evitar la insana concentración de mercado, cuyos efectos en los últimos años han afectado al amplio público usuario de los servicios telefónicos”.
En ese sentido, el diputado José Luis Aguilera Rico afirma en breve entrevista que la iniciativa presentada no tiene patrocinador empresarial.
Aguilera añade que “se deben dar más facilidades a la inversión extranjera y no ser tan rigurosos” con ese tipo de inversionistas pues además los diputados justifican su iniciativa con la misma opinión de Carlos Slim quien en la citada conferencia de marzo dijo que “debería ser abierta la inversión extranjera (en telefonía), ojalá y nos dieran reciprocidad; es decir, si viene una empresa china que se abra en ese país, si viene una española también”.
Añadió Slim entonces que aun sin que exista la apertura recíproca “es mejor que la ley lo permita a que le den la vuelta manipulando todo a través del fondo de inversión neutra; es absurdo que se maneje en esa forma, debería haber una autorización”.

La expedición al sur
En la entrevista con El País, Carlos Slim afirmó estar a favor de la competencia pues es un estímulo y “lo hace a uno mejor”; sin embargo, lamenta que le hayan permitido entrar en España y que le acusen de no ser un promotor de prácticas competitivas, pues afirma que “los ataques arrecian cuando vienen etapas de competencia”.
Slim puntualizó en la entrevista que “hoy vuelve la crítica porque viene la convergencia tecnológica, y, a diferencia de lo que pasa en el mundo, quieren que Telmex en México se atrase en desarrollo tecnológico”, aun y cuando sus empresas como Telmex y América Móvil están “entrando en toda América Latina como terceros o cuartos operadores”.
América Móvil tiene presencia en Estados Unidos, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Chile, Argentina, Paraguay y Uruguay. Por su parte, Telmex tiene operaciones en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos, México, Perú y Uruguay.
Para la revista electrónica Sentido Común: “México sí es el mercado más importante de las operaciones internacionales de sus compañías”, pues “el año pasado las ventas en México de América Móvil representaron 46.6 % de los ingresos totales de la empresa, mientras que Brasil representó 16.9%; Colombia 9.1%; Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay juntas 8.5%”. Afirma que por cuanto al número de usuarios, el 34.6% de sus más de 124 millones de clientes estaba en México.
Un dique a la expansión de Slim se verificó el año pa-sado, tanto América Móvil como Telmex habían firmado un acuerdo con la estadounidense Verizon para quedarse con 28.5% de las acciones de la venezolana CANTV, no obstante, el presidente de ese país, Hugo Chávez, decidió nacionalizar la empresa antes de entregársela a las empresas de Carlos Slim.

Batalla en la Amazonia
Para las empresas de Slim, la entrada al continente europeo vía Telecom Italia también significaba una importante oportunidad de tener mayor control sobre el mercado brasileño al tener una participación en la matriz de Telecom Italia Mobile (TIM), de Brasil.
Desde hace tiempo las empresas del empresario han querido controlar el mercado brasileño pues en febrero de este año América Móvil había presentado una oferta a TIM en Brasil, la cual fue rechazada.
Es por eso que algunos analistas del mercado consideran que la verdadera fortaleza tendrá su prueba de fuego en Brasil, país donde existe una cerrada batalla por el mercado, sobre todo en telefonía móvil, pues ninguno de los ocho operadores tiene más de 30% del mercado.
De acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) de Brasil, hasta el pasado mes de marzo, la telefónica Vivo, firma a riesgo compartido entre Telefónica y Portugal Telecom, tiene una participación de 28.4% del mercado, siendo la más grande de Brasil con 29 millones de clientes.
En segundo lugar se encuentra TIM, filial de Telecom Italia en Brasil, empresa que tiene 25.5% del mercado equivalente a 26 millones de usuarios; y en tercer lugar está Claro, la filial de América Móvil con 24% del mercado, equivalente a 24 millones de clientes.
Las empresas más pequeñas -y consideradas como de nicho- Oi, Telemig, BrT GSM, CTBC y Sercotel tienen el resto del mercado.
Mientras tanto, en lo que podría considerarse como la revancha desde que Telmex compró la operadora local Embratel, su principal rival, Telefónica de España sigue los rastros dejados por Slim y hace unas semanas se informó que la empresa habría presentado una oferta de tres mil millones de dólares a su socio Portugal Telecom por 50% de sus acciones que tiene en la empresa Vivo.
Aún no se sabe si esta expansión de Telefónica en Brasil pueda tener efectos en las operaciones de Carlos Slim en ese país, pero lo que sí es un hecho es que la cruzada en contra de la expansión de Slim Helú no se limita al territorio nacional y llega hasta el sur del continente.
Muy pocos le creen pero dentro del proyecto de vida de Carlos Slim Helú no está ser el hombre más rico del mundo sino tratar de buscar que haya mejor salud, mejor educación y mejor empleo en América Latina y está convencido que para ello es necesario hacer crecer sus empresas, pues afirma que la pobreza no se combate con proyectos de caridad y asistencia.

Versión original:www.milenio.com

Señala el diario español El Mundo:
Gasta un peso en México y tarde o temprano acabará en el bolsillo de Carlos Slim.
Propietario de un cinco por ciento del PIB mexicano, los tentáculos de su imperio se extienden por una infinidad de sectores económicos gracias a una laxa normativa contra los monopolios que le ha permitido te-ner una posición dominante en el sector de las telecomunicaciones. Slim, de 67 años y un aficionado a los puros cubanos, es conocido como el ‘Rey Midas’ por transformar empresas con pérdidas en negocios boyantes.
Ningún otro multimillonario del planeta ha podido acumular tanto dinero en tan pocos años. Su fortuna, que era de siete mil 400 millones de dólares en el 2003, fue cifrada años más tarde en 30 mil millones, y escaló hasta ocupar el primer puesto del mundo, según Fortune (59 mil millones de dólares), o el segundo, según Forbes (53 mil 100 millones de dólares).
Slim debe su riqueza a su imperio empresarial, que pasa por la telefónica Telmex (Teléfonos de México) y la compañía de telefonía celular América Móvil, las dos mayores de Hispanoamérica, el Grupo Carso y la entidad financiera Inbursa, entre muchas otras.
Sin embargo, no todos los mexicanos elogian el ingenio de Slim para los negocios y aseguran que su riqueza está relacionada con favores y privilegios políticos.
Hijo de inmigrantes libaneses llegados al país a comienzos del siglo XX, la fortuna de Slim se consolidó en 1990, cuando consiguió hacerse con el 20% de la privatizada Telmex, operación que se conoció como ‘la venta del siglo’. Señala la economista mexicana Claudia Luna Palencia, en su columna “Por la espiral”:
En los últimos tres sexenios sucedió una carrera fulgurante: desde que en 1991 el presidente Carlos Salinas de Gortari anunció la privatización de Telmex y después en septiembre de 1992 surgió el Grupo Financiero Inbursa, fueron detonantes para posicionar con mayor eco el nombre de Carlos Slim Helú tanto en México, Estados Unidos y en América Latina. Sirvieron de trampolines básicos para este empresario que proviene de una familia talentosa y muy trabajadora, y al que podemos considerar como el George Soros latinoamericano, porque definitivamente la globalización le sienta muy bien.
Quizás su vista de ‘halcón de los negocios’ se deba a los trucos que le enseñó su padre. Julián Slim Haddad fundó a principios del siglo pasado el almacén ‘Estrella de Orien-te’, con el que logró los ingresos suficientes para invertir después en otros bienes.
Carlos Loret de Mola recuerda en su columna “Desafío”:
–Mire, mire usted. Desde pequeño fui financiero. Estas notas lo demuestran.
Y, en efecto, así es. Los apuntes respectivos certificaban que el pequeño Carlos, a los seis años de edad, ya era capaz de “prestarle” unos pesos a su madre “a un interés menor que el bancario”, por tratarse de ella claro. Con ello demos-traba su peculiar habilidad para hacer dinero contrariando la tesis, muy en boga al final del salinato trágico, acerca de su sociedad soterrada con quien habría de convertirse en el “gnomo de Dublín”, mientras Slim seguía consolidándose sin salirse un ápice de las reglas del juego.
Mediante el Grupo Carso, Slim posee empresas dedicadas a la manufactura y comercialización de productos para la industria de la construcción, infraestructura, petróleo, energía, electrónica, automotriz y telecomunicaciones. Socio de la aerolínea de bajo costo Volaris y de la cadena Televisa, en el sector financiero Slim concentra sus operaciones en el grupo Inbursa, que reúne operaciones de banco, seguros, pensiones, salud...
En los últimos años varias firmas de este ingeniero civil, graduado de la UNAM, se expandieron en Latinoamérica, principalmente las de telecomunicaciones, mediante adquisiciones de otras compañías, al punto que ya opera en 16 países de la región y en Estados Unidos. Sin embargo, el magnate mexicano asegura que no le afecta que le digan que es el más rico del mundo porque eso no tiene ninguna importancia para él, ya que su mayor orgullo es su familia, según dice.
Tras una agotadora escalada a la cumbre de la riqueza, Slim ha decidido pasar a un segundo plano. Aunque es la cabeza del emporio, las riendas de su imperio han ido a parar a manos de sus tres hijos (Carlos, Marco Antonio y Patrick) y de sus yernos.
Fortune recogió también declaraciones de George Grayson, un profesor de la Universidad College of William and Mary, experto sobre México, para describir la fuerte presencia de la familia del hombre más rico del mundo en la vida económica del país latinoamericano:
Grayson señaló que si la economía mexicana es “altamente ineficiente” y “pierde competitividad, es por personas como Slim”.
Sin embargo, esas declaraciones son rechazadas por el hijo del magnate, del mismo nombre y 40 años de edad, Carlos Slim Domit, quien declaró a Fortune:
“[…] cuando un empresario tiene éxito, suele haber alguien que intenta poner a la opinión pública en contra para competir”.
Carlos Slim invirtió 55 millones de dólares en una compañía aseguradora, compró parte de la cadena Sanborns e invirtió también en una cadena de hoteles. Esas inversiones le pagaron dividendos con el tiempo. Sus tres hijos dirigen las operaciones diarias de varios de los negocios de la familia y han aumentado su participación tomando decisiones estratégicas, mientras su padre, que tuvo cirugía del corazón en 1997, se ha ido retirando poco a poco de las operaciones diarias de sus empresas.
En una entrevista difundida por la Agencia France Press (AFP) el domingo 5 de agosto, Slim afirmó que “no importa ser el primero” en la lista de millonarios. “La familia es lo primero”, porque ser rico “no es incompatible con la vida personal y familiar.
Señala la BBC Mundo:
Y como las cifras elevadas escapan a la comprensión del común de los mortales, hay que explicar que si Slim gastara un millón de dólares cada día, sin contar los intereses, se tardaría 185 años en acabarse lo que tiene. Aunque lo que tiene ya no se acaba.
La polémica está servida.

Versión original: http://olganza.com

 

 

“Cuando alguien mide el éxito en función del dinero que tiene, es fastidioso, aburrido”, aseguró Carlos Slim Helú, hace algunos años, en una entrevista con The Miami Herald. Para mala fortuna del empresario mexicano de origen libanés, el resto del mundo tiende a pensar en forma muy diferente.
Por eso, el nombre del presidente honorario vitalicio de Grupo Carso –y creador de los gigantes Telmex y América Móvil– ya es una presencia constante en los listados de los hombres más acaudalados del planeta.
Más allá de su posición en esos rankings, Slim es un protagonista indiscutible del escenario corporativo de la región. Aunque también ha despertado en distintas ocasiones sospechas y polémicas en México. Sus críticos lo acusan de recibir favores políticos, de sacar rédito de la complacencia de las autoridades ante su gran poder económico. Nunca se enfrasca en discusiones con sus detractores. Los ignora y se concentra en explotar lo que muchos consideran su principal atributo: el análisis estratégico de la realidad donde operan sus negocios. “Se ha ganado la reputación de un hombre astuto para los negocios, fama que proviene especialmente de sus compras en momentos de pánico financiero; su visión de empresario se basa en saber descifrar los códigos económicos y políticos del país”, afirma José Martínez, investigador y autor de una biografía de Slim.
Así, ha construido una estructura empresarial que ya representa más del 47% del índice de la Bolsa Mexicana de Valores, y que se extiende a prácticamente todos los rincones de la cotidianeidad mexicana: telefonía fija y móvil, Internet, comercio, construcción, restaurantes, cigarros, finanzas y un largo etcétera. Y su influencia trasciende las fronteras mexicanas. El año pasado, América Móvil, la empresa de telefonía móvil del imperio Slim, extendió su presencia a 12 países de la región.
Hacia el futuro, en México se especula mucho sobre el momento en el que dará un paso al costado. Por ahora, Slim sólo sugiere su deseo de descansar, renueva cuadros directivos y administrativos, y coloca a sus hijos varones –Carlos, Marco Antonio y Patrick– en posiciones clave de la estructura corporativa. Pero, a sus 67 años, su ritmo de trabajo no indica que el retiro esté tan cerca.
Polemiza con el gobierno y los operadores de cable mexicanos por la regulación que arrancará los servicios triple play, critica las medidas de resistencia civil del ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, y siembra nuevas semillas de negocios, como cuando tomó recientemente la franquicia para operar en México las tiendas estadounidenses Saks Fifth Avenue.
Todo indica que Carlos Slim Helú, ingeniero civil de la Universidad Nacional Autónoma de México, continuará algunos años fastidiándose al ser incluido en las listas que miden las fortunas de empresarios.

Su propia moneda
Carlos Slim tiene su propia moneda: la publicidad. Telmex es el principal patrocinador de los medios electrónicos, el 50% de los medios impresos y eventos que se desarrollan actualmente en México y América Latina.
No es para menos, ya que la diversa gama de servicios que ofrece su compañía lo ameritan.
La productividad y el rendimiento de sus negocios puede traducirse en casi más del cinco por ciento del PIB mexicano. Pero el valor de su moneda no se estima en lo que se puede adquirir con el resultado de ella, sino más bien en lo que hace que la gente adquiera sus marcas, aun por encima de las ofertas de la competencia.
Telcel, por ejemplo, sumó a su base 2.9 millones de nuevos usuarios en el primer semestre de 2007, lo que la mantiene como el primer operador en México, con 46.1 millones de usuarios.
Mientras que Telefónica Movistar, con servicios cuali-ficados y certificados, cuenta a cuatro años de ingreso en el mercado móvil mexicano con 10 millones de usuarios, cobertura en 77 mil 500 poblaciones y en más de 68 mil kilómetros carreteros, lo que la convierte en el segundo operador con mayor penetración en México.
El secreto de la plusvalía Slim es un secreto a voces dentro del mundo de la comunicación: su apego al patriotismo, pero con un sentido moderno, aunque la opinión en el precio pueda inferir entre los clientes.
Slim cuenta con un ojo clínico para evaluar la compra de empresas que le proporcionarán mayor rendimiento a sus riquezas. Así como un especial olfato para discernir entre las tendencias y las conveniencias de los mercados. Pero sobre todo, la velocidad casi cual atleta para incursionar en el sector que más le convenga.
Ejemplo de ello es Eidon Aspel Desarrollos, dedicada a la creación de software a la medida, que es una compañía de infraestructura del Grupo Carso, lo que le ha otorgado el privilegio de ser la desarrolladora del 95% del software implementado en Telmex.

Versiónes originales: www.w-inedita.com/
www.gentiuno.com

 

 

 
 
 
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