Con instalaciones al nivel de las principales franquicias internacionales de hamburguesas, pero con la diferencia de que preparan comida "en serio", no "en serie", el concepto de Julio Villarreal y denominado X-Burger imparte cátedra de lo bien hecho en México.
Julio Villarreal, originario de Guadalajara, Jalisco, y licenciado en Administración de Empresas, llega a Cancún en 1995 con la idea de probar suerte. Un año antes, quien sería su socio, el contador público Juan Brizuela, arriba al destino procedente de Colima para incorporarse al despacho de su tío.
Ambos jóvenes al trabar amistad y al concordar en ideas deciden iniciar un proyecto juntos, X-Burger, que nace de la inquietud de probarse a ellos mismos y a los demás que en México se saben hacer artículos con calidad.
Así, en el 2005, con ahorros conjuntos que sumaron 250 mil pesos, arrancan, con el apoyo de cinco personas, con la instalación de una barra para 12 comensales, con un menú básico de cinco hamburguesas y dos tipos de hot dogs.
Después de haber sufrido la embestida del huracán Wilma en 2005, pero convencidos de que los productos habían tenido éxito en su introducción, deciden invertir en una infraestructura con aire acondicionado, área de niños y un espacio con capacidad para 70 comensales.
Hoy su menú oferta 11 tipos de hamburguesas, cinco ensa-ladas, línea de hamburguesas gourmets, postres, cafés, menú infantil y paquetes para estudiantes, además de desayunos.
Todo esto se hizo posible gracias a un crédito bancario y la reinversión de sus ingresos para comenzar con el proceso de franquicia. "Como todo inicio, fue difícil dar a conocer nuestros productos, principalmente por la gran competencia del mercado en el que nos situamos, pero gracias a la originalidad, sabor, porción y servicio de nuestros productos se originó publicidad de boca en boca", reconocen.
Desde su perspectiva el éxito de X-Burger radica en la innovación de sus productos. "Horneamos el pan en casa, manejamos ingredientes frescos, además de una línea exótica con carne de venado, avestruz, carnero, camarones y pollo, además de hamburguesas especiales cada mes: de pato, langosta, salmón, entre otros.
Sin embargo, el principal obstáculo para mantener este vertiginoso crecimiento ha sido el común denominador de Cancún, la rotación constante de colaboradores, los cuales a la fecha suman más de 35, quienes están en capacitación constante.
A pesar de la recesión de Wilma, su facturación en el 2006 llegó a los 7.5 millones de pesos. Ante esto, en conjunto con una empresa desarrolladora de franquicias distribuirán a partir de noviembre del presente año en territorio quintanarroense la marca X-Burger.
Entre 2008 y 2009 la planeación estratégica de la empresa será fuera de serie: nueve unidades, cinco en Cancún, dos en Playa del Carmen, una en Cozumel y una más en Chetumal, y después expandir la red de franquiciatarios a centro, occidente y norte del país. (Alejandra Moncisbays).
