#Uber se queda

por Latitud21 Redacción

Al momento de escribir estas líneas es la víspera de la toma de protesta del nuevo gobernador en Quintana Roo, don Carlos Joaquín González, quien cuenta con el apoyo y beneplácito de prácticamente toda la población del estado, con la excepción claro está de quienes quedaron fuera y quienes intentaron infructuosamente descalificarlo y bloquearle el camino.

Cuando estas líneas salgan a la luz ya sabremos todos quiénes integran el nuevo y flamante gabinete que será el responsable de coadyuvar para que el gobernador nos lleve a nuevos y mejores destinos y para que los quintanarroenses podamos recuperar la capacidad de soñar, capacidad que la corrupción nos ha arrebatado.

Entre uno de tantos retos está el de modernizar la Ley de Transporte en Quintana Roo, pero no solo por como pensarían algunos, para que entre Uber y se quede legalmente, sino mucho más allá de eso, para contar con un instrumento normativo moderno y acorde a la nueva realidad de un estado tan dinámico como lo es el nuestro.

Las regulaciones de hoy día han quedado rebasadas ante el crecimiento de las ciudades, las nuevas demandas de ciudadanos y visitantes y la incorporación de nuevas tecnologías. Hoy se debe hablar de Movilidad Sustentable más que simplemente de transporte.

La Movilidad Sustentable implica nuevas y mejores formas de transporte que favorecen al peatón, el uso de la bicicleta como medio de transporte público y sistemas de transporte tan eficientes que sustituyan el uso del automóvil.

Deben favorecerse escenarios que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos y que mejoren también la experiencia turística, reduciendo tiempos, mejorando los entornos y paisajes al transportarse y protegiendo al medio ambiente entre otros aspectos.

La actual Ley de Transporte en Quintana Roo no contempla lógicamente ninguno de esos aspectos al haber sido publicada hace 20 años, cuando el entorno y las condiciones eran muy diferentes; y aún más grave, el Reglamento de la propia Ley data de 1986, tiene 30 años, lo que de suyo lo hace inoperante e ilegal pues no puede un Reglamento ser anterior a una Ley.

Es decir que no se trata de adecuar la ley para que entre un actor como Uber o no, o para favorecer o no a los gremios taxistas o transportistas de carga. Se trata de crear un instrumento que contenga políticas de transporte orientadas al ordenamiento de las ciudades que reconozca y armonice todos los elementos, que considere los derechos y obligaciones de todos los actores, la gama entera de vialidades y su articulación, desde andadores, veredas y ciclovías, hasta las grandes avenidas y carreteras del estado.

Una nueva y moderna Ley de Movilidad Sustentable en el estado debe privilegiar ante todo el libre derecho de los usuarios, ciudadanos y turistas a elegir el tipo de transporte que más convenga a sus intereses, que mejor satisfaga sus expectativas y por ende que contribuya de mejor manera a su calidad de vida.

Una nueva ley debe favorecer también la libre convivencia entre los señores taxistas y plataformas tecnológicas como Uber, así como otras opciones de transporte, incluido el transporte urbano lagunar, por ejemplo, como ya se hace en muchas ciudades del mundo. Ojalá también que en Cozumel se favorezca la incorporación del transporte urbano de calidad hoy inexistente.

No se trata de favorecer a un grupo o a otro, de lo que se trata, como ya comentaba en este espacio en mi entrega anterior, es de que el ciudadano sea el centro de los proyectos y quien se beneficie de las iniciativas.

Los taxistas tienen derechos y merecen ser tomados en cuenta, pero los ciudadanos deben tener el derecho de elegir y ese es un derecho mayor, por esa razón yo creo que #Uber se queda y no por otra, y estoy seguro que ambos servicios pueden convivir y compartir algunos segmentos de mercado; debe favorecerse a la libre competencia.

El que no se queda en el gabinete es quien esto escribe, pero eso es por decisión propia y no por otras razones que algunos podrían especular.

Mi agradecimiento sincero al gobernador Carlos Joaquín por haberme tenido en cuenta para su equipo de transición y por la oportunidad de haber podido contribuir en esta maravillosa nueva etapa de construcción. Estoy seguro que Quintana Roo y sus habitantes podremos soñar de nuevo.

Hasta la próxima…