QUE NO TE HAGAN ELEGIR ENTRE EL MAR Y LA PISCINA

por Latitud21 Redacción
Riviera Maya. Una de las grandes paradojas del turismo es que muchos de los viajeros que cruzan el océano para disfrutar del maravilloso Caribe apenas nadan en el mar. Y es que las piscinas de los grandes resorts son muy tentadoras. Si es tu caso y este invierno te escapas a la Riviera Maya (México) elige un hotel que te lo dé todo, y que además incluya propuestas mixtas como por ejemplo una piscina de agua salada proveniente del mar.
Es el caso del espectacular Occidental at Xcaret Destination, un ecoresort tan integrado en la naturaleza que incluso ha adaptado una de sus piscinas al litoral que lo rodea. De esta manera los clientes que se sumergen en ella tienen la sensación de estar nadando en una poza natural creada al lado de la costa, con agua salada que se introduce directamente del mar a través de un pequeño canal pero con la seguridad que da no estar en mar abierto.
  •  5 ventajas de nadar en agua salada:
 
Además de disfrutar de una experiencia única podrás beneficiarte de una serie de ventajas que aporta nadar en agua salada:
 
No irrita ni enrojece los ojos y no reseca la piel.
Revitaliza los tejidos y elimina las toxinas de la piel.
Alivia dolores reumáticos y musculares.
Te permite flotar.
Mejora la circulación sanguínea.
 
Una piscina para auténticos ‘poolhunters’:
 
La del Occidental at Xcaret Destination es una piscina sólo para adultos muy peculiar, especialmente diseñada para auténticos ‘poolhunters’. Su diseño circular, y las esferas que se encuentran en su interior, nos recuerdan que para los mayas esta forma geográfica simbolizaba la vida y sus ciclos naturales, y por ende el paso del tiempo. Está elabora con la piedra caliza que se utilizaba para erigir los templos mayas como el que aún existe en el hotel.
Si hay un momento especial en el que un baño en esta piscina se convierte en un acto sublime es a primera hora del día, cuando el cielo se abre al son de los más bellos amaneceres. Sumergirse en ella al alba, oyendo el vaivén de las olas y dejando que el cuerpo se atempere con el agua del Caribe no tiene precio.