Mi lucha

por Latitud21 Redacción

Hace exactamente 90 años, el 19 de julio de 1925, se publicaba por primera vez un libro de 400 páginas, escrito en el verano del año anterior en la prisión de Landberg por un presidiario llamado Adolfo Hitler. El libro perfila las ideas principales que el régimen alemán llevaría a término durante su gobierno. Destaca por supuesto el amor que Hitler manifestaba al pueblo alemán y empleaba las tesis principales de “peligro judío”, que hablaba de una conspiración judía para ganar el liderazgo mundial. Hitler se presentaba a sí mismo como el “superhombre” o Übermensch, término que años antes utilizó Federico Nietzsche (filósofo alemán del siglo XIX) en Así habló Zaratustra. Para Nietzsche, el Übermensch es una persona capaz de generar su propio sistema de valores, identificando como bueno todo lo que procede de su genuina voluntad de poder.

Pero, ¿qué tipo de perfil psicológico podría tener un hombre considerado por muchos como psicópata? ¿Qué se escondía detrás de un hombre como Adolfo Hitler? Un famoso psiquiatra de la Universidad de Harvard, Henry Murray, realiza un estudio del perfil psicológico de este psicópata, titulado “Análisis de la personalidad de Adolfo Hitler”, basado en las obras del dictador, recortes de prensa, información de sus biógrafos y datos de su genealogía. Murray describe a Hitler como un hombre que padecía de histeria, neurosis, esquizofrenia y paranoia. Incluso se ha sugerido que el uso de drogas empeoró un presunto trastorno de bipolaridad que padecía. Dichos rasgos provocaban que fuera una persona poco tolerante a las bromas y que detonaban en él un fuerte comportamiento criminal. Sin embargo, también lo consideraba como una persona con gran confianza en sí misma y altamente perseverante frente a la derrota.

Una de las más famosas leyendas relacionadas con la vida de Hitler es precisamente la que se refiere a su muerte, que aunque oficialmente ocurre el 30 de abril de 1945, hay quienes dicen que no murió en esa fecha sino que huye a Argentina donde vivió sus últimos años. Sea o no cierto esto, sabiendo que nace en 1889 lo que sí es cierto es que 126 años después Hitler ya estaría muerto, dondequiera que fuera.

Bueno, es lo que yo pensaba, hasta hace poco, cuando escucho al hoy precandidato (de su boca) patito a la presidencia de los Estados Unidos de América (patito por tener nombre de pato y por ser tan de mala producción), y pienso que Hitler resucitó en esta persona. Su perfil encaja perfectamente con el del autor de Mi lucha, y lo más triste es ver cómo a pesar de lo lamentable que es este personaje hoy en día lidera en las encuestas las preferencias del electorado norteamericano. Y me encuentro entonces con un par de frases cuya autoría se le atribuyen a Hitler y que pienso que es en lo que sustenta su esperanza este candidato patito. “Qué mejor suerte que gobernar a hombres que no piensen”, decía Hitler, y que es lo que hoy desearía este candidato poder decir. No creo que se le haga realidad, espero que no se le haga realidad pues el pueblo norteamericano está compuesto por hombres que sí piensan. Sin embargo, la otra frase de Hitler es preocupante, pues dice que  “La más grande e importante lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de Historia”. Qué gran verdad. Qué miedo.

Eduardo Albor
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