Innovación intelectual

por Redacción

De acuerdo con nuestro personaje de portada, Henry González, uno de los CEO de la firma internacional EY (anteriormente conocida como Ernst & Young), el liderazgo intelectual de innovación en el ámbito turístico tuvo como cuna Cancún, mucho antes que Los Cabos  a pesar de ser lanzados casi en paralelo como Centros Integralmente Planeados, 1974 y 1976, respectivamente. Un asunto irrefutable con tantos y tan buenos casos empresariales (Olympus Tours, Grupo Ultrafemme, Grupo Lorenzillo´s, Amstar DMC, Grupo Dolphin Discovery, Grupo Original Resorts, Grupo Velas, Grupo Gran Coral).

Y EY, una de las mayores firmas de servicios profesionales del mundo en temas de auditorías, impuestos, finanzas, contabilidad, servicios de cálculos, estudios actuariales y asesoramiento en la gestión de empresas, ha documentado muchos de esos casos de innovación intelectual, que sirven y han servido como poderosos imanes para multimillonarias inversiones en el destino, que han hecho las veces de efecto dominó para otras regiones, y otras más efecto boomerang para retorno de nuevas inversiones en la región del Caribe mexicano.

Sin embargo,  no ha sido ni servido este intelecto de innovación solo para al anecdotario de EY, sino también como adoctrinamiento para convertir el Caribe mexicano en su mejor aliado, aunque al principio -hace 28 años- no. Entonces la denominada Ernst & Young instaló en Cancún una pequeña oficina de apoyo con un único servicio, el de auditorías, que al cabo del tiempo derivó en una de las más redituables plazas, donde atiende a más de 100 empresas de las 300 que incluye su portafolio en el Sureste y con todos los servicios. El rubro turístico y de la construcción, del cual tienen una participación global en el territorio mexicano del 18%, les representa solo en Quintana Roo el 90% de su mercado.

A EY el Caribe mexicano le significó todo un adoctrinamiento en la construcción de nuevos conceptos que al correr de los años se gestaron, nacieron, caminaron, corrieron y volaron más allá de nuestras fronteras.

EY fue partícipe del desarrollo del concepto de Tiempo Compartido que evolucionó al Club Vacacional y al Tiempo Fraccional. También fue partícipe en el cambio del esquema Plan Europeo al Todo Incluido. Y lo reconocen. El desarrollo de Cancún les implicó la especialización para atender a segmentos de mercado dirigidos a distintas industrias dentro de este sector, y a replicar su experiencia en otras latitudes.

El liderazgo intelectual de innovación ha sido para todos y en puntos porcentuales le ha significado al destino un crecimiento de entre seis y siete por ciento en los últimos tres años, más que la inflación o el crecimiento del país en el mismo lapso de acuerdo con los especialistas financieros.

EY, una de las llamadas cuatro grandes, junto con PricewaterhouseCoopers, Deloitte y KPMG, y por su tamaño la décima mayor empresa privada de los EU, deja para la industria turística unas serias reflexiones asentadas en su último estudio EY Global Hospitality Insights 2016. “El reto es que para 2016 los participantes de la industria deberán reaccionar ante fuerzas del mercado cambiantes, encontrar oportunidades en un ámbito disruptivo e involucrar a los grupos de interés para tener éxito”.

La clase empresarial del Caribe mexicano ha tenido esa sensibilidad… con todo y a regañadientes. Ha reconocido sus proezas, sus deslices y hasta sus pecados. Lo que la clase política no, se niega y reniega. Pero se requiere, y no ir en la dirección groseramente opuesta. No debe estar excluida, tampoco recluida, ni mucho menos sobreprotegida. Son tiempos de cambio, y sin duda las recomendaciones de EY serán una asignatura difícil de pasar si también la clase empresarial sigue en el camino de las complacencias y de las buenas intenciones… Una reflexión final: “¿Y no el camino del infierno está construido de buenas intenciones?”…